miércoles, 12 de octubre de 2016

PASION CLANDESTINA


Sentir tus manos acariciando,
recorriendo mi cuerpo desnudo y entregado,
sentir tu mano hurgando en mi flor oculta,
sentirme macho violado y poseído.

Erecto el miembro, duro y henchido,
como empujado por tu dedo penetrante,
como si ese dedo lo hiciera salir imponente, 
su glande enrojecido, su ojo anhelante.

Toco tu abertura húmeda y ardiente
enredando mis dedos en tus vellos olorosos.
Mis labios succionan tus pequeños pezones
y acaricio tus pechos duros y turgentes.
Va mi lengua urgida a tus labios verticales
despertando tu clítoris y tu propio deseo.

Entre el goce-dolor y el miedo-placer
siento en mi tu dedo lubricado,
entrando en ese botón de placeres negados
como un pequeño y suave pene femenino.

(Hay un deleite clandestino
en ser solo un macho penetrado
por una hermosa hembra excitada.)

Un gozo recorre toda mi piel
tu boca envuelve mi falo quemante,
arden en mi oscuros deseos ocultos,
y finalmente tu mano me masturba,
aprieta, frota, lame,
y en un orgasmo desesperado
eyaculo el ardiente semen contenido.

Tu rostro sudoroso
se apoya en mi pecho sudoroso,
acaricio tu pelo con ternura.
Descansamos silenciosos
en la pasión consumada.


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