miércoles, 12 de octubre de 2016

HAY UNA VOZ


Si entre todas las voces de tu día,
viniera hacia ti una distinta,
¿Qué harías?

Una voz que encendida y sin pudor
fuera como tu propia voz que se entrega.

Una voz que te obligara a encontrarte,
a dejar que tu piel ardiera por instantes
en el fuego azul de una tarde.

Si la voz entrara en un intersticio de tu vida
y abriéndote como una flor asustada
te dejara estremecida, quieta, ausente
acosada por el afán de tu cuerpo
seducida por la sola palabra
emboscada por vagos y extenuantes instintos
inducida al deseo por una poesía clandestina.

Y si esa voz te lleva a la consumación del amor en el verso,
a sentirte poseída como en tus sueños secretos,
acariciada en la profundidad de tu piel más intima,
aquella que nadie hasta hoy ha tocado.

¿Buscarías entonces en esa dulce oscuridad de tus anhelos
las respuestas ardientes que esa otra voz espera?


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