La desnudez de los cuerpos hierve
sobre el lecho
donde nuestras sombras relucen
sudorosas.
Los labios mordidos balbucean
nuestros nombres
mientras nos recorremos la piel
con demorada pasión.
Hay una sed en mi que descubres,
adivinando donde he soñado tus
besos
y con lenta suavidad,
desesperante
bajas a mi sexo erguido que te
espera.
El calor animal de tu boca lo
envuelve,
lo humedece en tu saliva de
fuego,
lo succiona voluptuosa,
y siento un río turbulento que me
arrastra,
que me pierde en un remolino de
sensaciones,
en impúdicos deseos escondidos.
Te apuran mis manos enredadas en
tu pelo,
mi voz es una fiesta de gemidos
salvajes
mientras se te entrega mi cuerpo
en mórbidos espasmos.
El falo es una torre carnal y
sensible
que se derrumba en tu boca que lo
muerde
como una víbora ansiosa,
y se rinde a un placer
insoportable.
Algo tibio pero quemante,
un intimo fluido denso y suave,
un brebaje de dulce,
como una miel blanca y delicada,
escurre de tus labios
entreabiertos.
Un vaho de pasión consumada
va cubriendo lentamente nuestros
cuerpos.

Es una locura completa este texto.....locura que se acerca a una realidad muy palpable.
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