jueves, 12 de julio de 2012

EROS III

La desnudez de los cuerpos hierve sobre el lecho
donde nuestras sombras relucen sudorosas.
Los labios mordidos balbucean nuestros nombres
mientras nos recorremos la piel con demorada pasión.

Hay una sed en mi que descubres,
adivinando donde he soñado tus besos
y con lenta suavidad, desesperante
bajas a mi sexo erguido que te espera.

El calor animal de tu boca lo envuelve,
lo humedece en tu saliva de fuego,
lo succiona voluptuosa,
y siento un río turbulento que me arrastra,
que me pierde en un remolino de sensaciones,
en impúdicos deseos escondidos.

Te apuran mis manos enredadas en tu pelo,
mi voz es una fiesta de gemidos salvajes
mientras se te entrega mi cuerpo
en mórbidos espasmos.

El falo es una torre carnal y sensible
que se derrumba en tu boca que lo muerde
como una víbora ansiosa,
y se rinde a un placer insoportable.

Algo tibio pero quemante,
un intimo fluido denso y suave,
un brebaje de dulce,
como una miel blanca y delicada,
escurre de tus labios entreabiertos.

Un vaho de pasión consumada
va cubriendo lentamente nuestros cuerpos.


1 comentario:

  1. Es una locura completa este texto.....locura que se acerca a una realidad muy palpable.

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